La revisión a la baja de la estimación de crecimiento de México para este año arrojada por la encuesta del banco central no debe ser vista como pesimista, sino en el contexto de la coyuntura de la desaceleración de la economía estadunidense, coincidieron Victor Manuel Herrera, Carlos Sámano, directivos de Standard & Poor’s y BBVA Bancomer.
Ello porque analistas privados redujeron su estimación de crecimiento anual del país de 3.8 a 3.3 por ciento.
Pablo Alvarez Icaza y Victor Ceja, directivos de Bursamétrica y Valores Mexicanos, coincidieron en el efecto EU en la encuesta.
Herrera explicó que es lógico pensar que conforme se desacelere la economía de Estados Unidos, las expectativas en México sigan la misma tendencia. No obstante, consideró que un crecimiento incluso del 3.5% para este país aún sigue siendo positivo. Sámano coincidió en ese punto.
Herrera, explicó, que el crecimiento de una economía cumple un ciclo, y que es tarea de las autoridades alargarlo, lo cual podría lograrse a través de la reforma fiscal. Lo positivo de la encuesta, dijo, es que la expectativa de inflación comienza a acercarse a la del gobierno.
Sámano señaló que los resultados de la encuesta en materia de crecimiento no son pesistas, sino que en realidad responden a la articulación con EU, dada la articulación comercial y las cadenas productivas de ambos países.
A nivel interno, dijo, la política monetaria de Banxico es la adecuada sin embargo le falta articulación con la política fiscal, por lo que se corre el riesgo de que a Banxico se le “pase la mano” y pueda generar una contracción mayor a la requerida para mantener los precios estables. De ahí la importancia de una reforma fiscal integral, que contemple la recaudación y el gasto.